lunes, 4 de febrero de 2013

La Desertificación: el planeta se degrada

La Desertificación: el planeta se degrada



Agradecimientos a Valeria Amezcua* por el artículo.-

La desertificación es uno de los tópicos ambientales de mayor impacto sobre las poblaciones humanas y sin embargo, es también de los menos entendidos. 

La disponibilidad de agua, la energía solar, la topografía y el clima, conforman las diferentes regiones y de éstas depende la producción de biomasa. Las regiones secas, cuentan con una especialización biológica, donde la flora y la fauna son producto de milenios de adaptación fisiológica. El equilibrio en estas tierras es muy frágil. Cuando las variaciones de condiciones rebasan la capacidad natural de recuperación del ecosistema, los suelos se deterioran -a esto se le llama desertificación. Debido a que el suelo es un recurso no renovable, su pérdida y degradación constituyen una de las mayores preocupaciones de cualquier país. 

Después de que la comunidad internacional reconociera que la desertificación era uno de los más graves problemas a nivel mundial, en 1994 se adoptó la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), siendo México el primer país en ratificarla. Hoy en día son ya 194 los países parte de dicha convención. 

El primer paso fue definir la DESERTIFICACIÓN como: "La degradación de la tierra en zonas áridas, semi-áridas y subhúmedas, resultante de varios factores que incluyen variaciones climáticas y actividades humanas." 

Se consolidó y puso en marcha un Plan de Acción para Combatir la Desertificación. Dicho plan fungió como apoyo para que muchos países diseñaran sus propios planes de acción adecuados a sus necesidades. Entre las naciones con mayores problemas de desertificación se encuentran: Australia, China, México, Argentina, Bolivia, Paraguay, España y Túnez y Madagascar. En los países de la franja subsahariana y de medio oriente; es de resaltarse que la pobreza potencializa el impacto de la desertificación en la población. 

La desertificación se inicia con la destrucción de la cobertura vegetal, modificando la aportación de material orgánico al suelo y exponiéndolo a procesos erosivos, lo que empobrece el contenido de nutrientes y su estructura; se pierde la capacidad de infiltración, aumentando los escurrimientos superficiales y mermando la recarga de los acuíferos. 

La desertificación se considera como el proceso terminal de degradación del ecosistema. Por eso se dice que los desiertos "crecen" cuando ocurre la desertificación, pues las tierras degradadas adoptan las características típicas de un desierto. 

Existen casos de industrias alimentarias o comunidades completas que deben desplazarse debido a que la tierra que habitan deja de ser útil. Esto trae consigo otro problema: la deforestación. Estas poblaciones necesitan nuevas tierras donde establecerse y los bosques son la mejor opción para ellos, debido a la fertilidad de su tierra. 

Esto se convierte en un círculo vicioso, pues los bosques protegen los suelos y evitan la degradación. Al acabar con los bosques y explotar esa tierra, solo es cuestión de tiempo para que el suelo se degrade nuevamente y se de otra migración. 

A manera de conclusión y colocando en perspectiva la degradación de tierras, les presento algunos datos duros: 

• Cada año se pierden 12 millones de hectáreas a causa de la desertificación. 

• La degradación afecta al 52% de la tierra usada en agricultura y a las 1500 millones de personas relacionadas directamente con esta actividad. 

• En 2020, 50 millones de personas más, habrán sido desplazadas por la desertificación. 

• En los próximos 25 años, la degradación de tierras ocasionará 30% de aumento en los precios de los alimentos. 

• Cada año se pierden 13 millones de hectáreas de bosques por diversas causas. 

• La desertificación contribuye a la extinción de las 27,000 especies cada año. 

• Después de los mares, en suelo no degradado cuenta con la segunda mayor capacidad de secuestro o almacenamiento de carbono. 

Fuente: 

Plan de acción para combatir la desertificación en México. CONAZA-SEDESO, 1994. 

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